Científicos sostienen que nada es eterno, que
todo tiene un final, en cambio, filósofos señalan que para una Mariposa con una
esperanza de vida de dos semanas, un Árbol una Flor pueden ser eternas. Como para un niño el amor
de sus padres es eterno y en especial el de su Mama, ese niño sabe que el cariño transcenderá
todo tiempo toda circunstancia.
Escribir sobre el amor no es difícil para los que lo hemos recibido
para los que lo hemos emitido, existe muchos tipos de amor, el de
parejas, el amor entre amigos y para mí el más grande, el amor de Madre.
Todos estos tipos de amor de afecto consisten en lo mismo, hacer feliz a la persona que amas, todos sabemos
que un hombre enamorado haría cualquier cosa por una mujer excepto seguirla
amando, el amor de Madre es eterno nunca termina, como no termina nunca el ser
padres.
Ese gran amor no es exclusivo de ellas, sobre
todo en estos tiempos cuando Madres y Padres asumen los dos roles, y
hablando de
estos nuevos tiempos donde las familias se separan buscando un mejor
trabajo, una mejor vida, ese amor no tiene distancia no tiene un tiempo
siempre tiene
un espacio para ti. Sobre los espacios me contaba una amiga que siempre
es bien recibido quien te da un espacio en su vida, porqué en su cama te
lo da
cualquiera.
Sobre ese amor de madre una amiga me cuenta “Es
un amor incondicional, es entrega total, que comienza desde el primer
momento en que se tiene entre los brazos, no hay días ni noches, todo lo que
uno creía importante pasa a un segundo plano, es dedicación total y absoluta,
es un amor indescriptible, que te hace ver la vida de otra manera a través de
la mirada de ese pequeño ser, incluye muchos sacrificios hasta el punto de
dejar los apegos y el egoísmo a un lado”.
Las Madres saben su rol, entienden su
sacrificio, no tienen días libres, ni vacaciones, ni pueden pedir reposo, su
trabajo es hacer feliz a ese pequeño ser. Sobre la felicidad me cuenta otra
amiga Madre, “Somos felices y eso es lo que importa con lo poco lo mucho, sigo
haciendo lo mejor que puedo para él” .En mi opinión, para entender este amor
hay que ser niños otra vez, porque en ese momento nuestro Dios se llama Madre.
Son tiempos de cambio en Venezuela y en el mundo, para los cambios debemos estar preparados, recibirlos con fortaleza y seguridad. Siempre debemos pensar en el cambio, en el futuro, porqué allí viviremos el resto de nuestra vida.
Finalmente, para enfrentar el cambio, no tomes Ron, no tomes Pastillas, toma decisiones, con la esperanza que lo que pasa es lo mejor.
Dedicado a las Madres de mi vida, dedicado a
los que emiten y reciben ese gran amor, el verdadero amor.
Por: Rubén Darío, M. J, y K. T.
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