Capítulo 7. LAS HISTORIAS QUE COCINÉ PARA TI. Parte 2.

Sushi para llevar, una historia de Amor y Decepción


Durante semanas planificaba una cena especial para una amiga. En un viaje a la bellísima Isla de Tenerife, España. Escogí algunos regalos para su cumpleaños, con el fin de entregárselos cuando hubiese oportunidad, y la oportunidad llego, como llegan las cosas en la vida, ¡Inesperadamente!. Esa mañana, que no olvidaré, comenzó con algunas molestias estomacales, no obstante, como conocido hipocondríaco, tome algunos medicamentos con la intensión de salir a comprar los insumos para esa cena de cumpleaños que le realizaría esa noche.

Antes de salir, revise los recursos para la presentación de la mesa que tenia en mi casa, inspeccionando la despensa encontré guardado un juego de platos y  bandejas Japonesas, eso me dio la idea de la comida para esa noche. Tenía velas y servilletas, ¡pero me faltaba un mantel!, con el objetivo claro, emprendí mi carrera al centro comercial mas cercano para comprar las Rosas, que nunca pueden faltar en una cena romántica, la selección del vino, comprar el mantel y algún otro detalle.

Como el tiempo apremiaba y mi condición física empeoraba, decidí no elaborar los Roles y el Sashimi, dejándole la tarea aun cocinero amigo que trabaja en el centro comercial. “Esto definitivamente es inaceptable si tu ser amado no ha probado aun alimentos preparados por ti” como no era mi caso, tome  las Flores, el Mantel, el Espumante, la comida Japonesa y los lleve a mi casa.



Con el fin de relajarme para la noche, descanse un rato, luego  de una hora, comencé a preparar la mesa como lo aprendimos en el Capítulo 5. Mantel, Platos, Servilletas, Copas, Velas, Espumante a la temperatura y la música de fondo, todo dispuesto para la esperada cena. Como tenía una semana que no la veía, aumentaba mis ganas y emoción por verla.

Finalmente llego a mi casa y fue seducida por el impacto de la sorpresa, el amor que desbordaba por sus poros me tenía cautivado. Nos sentamos a la mesa solo con las copas de agua pensando que luego disfrutaríamos más el espumante. Esa noche comenzó maravillosa, una historia de  sensualidad y amor. Ella es una mujer que disfruta su intimidad, un ser lleno de secretos y misterios, como todas las grandes mujeres, que a veces, pero solo a veces, disfrutaba más “no siendo ella misma”, como  decía la eterna diva Elizabeth Taylor, en su mejor momento.

 Esa fue la historia de una cena feliz con un poco de decepción,  debido a que una bacteria que se incubaba dentro de mí, afloró sus efectos al caer la noche, con la inoportuna consecuencia de no poder consumar el objetivo final de la cena, hasta 72 horas después. Ella me cuidó pacientemente mientras me recuperaba en cama y al final,  la satisfacción fue absoluta.

Recuerdo que fue un momento de gran apremio,  hoy disfruto contándoselas a ustedes como un ejemplo de las eventualidades que pasamos en la vida,  planificamos, proyectamos y en último momento la situación cambia. Pero al mal tiempo buena cara, “como decía un filosofo” y como digo yo,  al principio estos incidentes parecen una tragedia  y después no puedes parar de reír al recordarlos.

Dedicado a las bellas damiselas que disfrutan más “no siendo ellas mismas”, dedicado a la memoria de la Gran Elizabeth Taylor.






TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS; REGISTRO SAPI 7796, 8011